Aunque
parezca increíble, otro valiente ha acudido a mí en busca de ayuda y
orientación a este consultorio y, como no, yo siempre estoy dispuesto a
facilitar la existencia de mis lectores. Y como tengo poco tiempo, paso a la
carta.
Hola
Capdemut, soy una mierda.
Capdemut
soy una mierda y tengo un problema. Yo era un hombre casado con una esposa
maravillosa y varios hijos hasta que un día, paseando por una avenida de la periferia
de mi ciudad, una chica que hacía futing me guiñó un ojo. Desde entonces no
dejé de pasear por ese lugar a ver si me la encontraba otra vez, me obsesioné,
me compré unas mallas ridículas y una gorra con botellita de agua de esas con
un tubo para beber sin pararse, un pulsímetro, unas deportivas de 200€… Pero
nunca la he vuelto a ver. Por culpa de mi obsesión mi mujer me ha dejado, mis
hijos ya no me quieren y ayer mi perro me mordió cuando iba a acariciarle.
Lo que
quiero no es recuperar a mi familia, que me han demostrado ser todos unos
ingratos, sino ligarme a una de esas chicas en mallas con las que me cruzo
todos los días para volver a formar otra familia y repetir el ciclo vital. Pero
no sé por dónde empezar. ¿Algún consejo para ayudarme en tal tarea?
Gracias
de antemano Capdemut. Eres mi puto dios.
Querido
amigo sin nombre. Ante todo gracias por confiar en mí y, sobretodo, por
escribir sin faltas de ortografía en cada palabra, porque me pone muy nervioso
y ayudo mal. Lo que te sucede es muy común, pues las chicas en mallas llevan
rompiendo matrimonios desde la invención de éstas (las mallas, no las chicas);
y aunque no lo creas, es muy fácil hacerse con una (una chica, no una malla)
siguiendo una sencilla pauta cromática. Me explico.
Las personas
que salen a correr lo hacen básicamente por asco a sí mismos. Es decir, no se
gustan cuando se miran al espejo y hacen ejercicio con la esperanza de
optimizar sus cuerpos. Tienen, por norma general y por lógica, una baja
autoestima; y por lo tanto son accesibles para casi cualquier desesperado que
se les acerque. El problema es que a medida que sus ejercicios avanzan y por
eso de la superación, el esfuerzo y la quema de grasas, esa autoestima va
aumentando gradualmente hasta que se convierten en seres perfectos, seguros e
inalcanzables para hombres como tú, y en menor medida como yo. Y ahora te preguntarás cómo saber en qué fase
de desarrollo personal se halla cada una. Y como he dicho arriba es una
cuestión cromática. Ahora sí lo explico.
Cuando
una chica sin autoestima y que no se gusta y que odia su cuerpo (aunque puede
estar como un queso pero recordemos que esto a veces no tiene nada que ver)
decide salir a correr en mallas, siempre elije unas negras. El color negro no
solo adelgaza sino que impide distinguir formas, curvas y vibraciones,
sobretodo en movimiento. Luego, a medida que la chica va ganando confianza en
sí misma, va cambiando a colores cada vez más claros. Azul marino, verde
encina, rojo, naranja amarillo… Hasta llegar al blanco. Una chica con mallas
blancas es inalcanzable, intocable y cualquier intento de llegar hasta ella se
traduce en desprecio y violencia psicológica y física al chocar contra su aura
de energía. ¿Qué hacer entonces? Olvidarse de las chicas con mallas claras e ir
a por las que llevan mallas oscuras. Negras
a poder ser y luego, con el tiempo, ir bajando de tonalidad, según como
vaya la cosa.
Así que
ya lo sabes, querido amigo. Si sigues esta sencilla pauta, nada puede fallar. A
no ser… Que esa chica con mallas negras a la que le entres descaradamente sea
en realidad una mallas blancas con el periodo menstrual, en cuyo caso además de
chocarte con su aura de superioridad emocional, te enfrentarás a su estado hormonal
alterado y puede que sea lo último que hagas en tu vida.
Y hasta
aquí. Recuerdo a todos los lectores que cualquier cosa (digo cualquier, pero
solo respondo a temas así de índole sexual porque son los que más se leen)
puede mandarme un mail a capdemut@gmail.com
con la frase “Hola Capdemut soy una mierda” en el título del mismo, para distinguirlo
de propaganda electoral y amenazas de muerte y no borrarlo directamente.