martes, 31 de diciembre de 2013



Pues ya veis que se acaba el año (otra vez) y toca pensar en lo que hemos logrado (otra vez) y en qué queremos alcanzar el año que empieza mañana (otra vez). Ahora es cuando pongo fotos de chavalas vestidas de papa noel (pero poco, no vayan demasiado tapadas, que aquí no hace mucho frio). Este es el momento ideal para los balances y los resúmenes, echarse flores y mierda sobre uno mismo y en definitiva, buscarse excusas para pasar página.

Pero no. Este año paso. Este año he hecho algo que prefiero no recordar, se ha ido alguien a quien no podré olvidar y he escrito muchas cosas que no importan a nadie, ni siquiera a mí. Así que el 2014 puede llegar mañana o cuando le dé la gana que aquí estaré, como siempre, haciendo lo que pueda y mi pereza me permita. 
Que nadie espere nada de mí. 

Venga, un gatito y a tomar por culo.
 

2 comentarios:

  1. Tiene mérito ponerse al ordenador el día de Nochevieja a cumplir con el blog. Al menos por mi parte de lector, te agradezco que te hayas sentado y hayas tecleado esta entrada, porque hay muchos a los que sí que nos importa que escribas y lo que escribes.

    Dicen que a un año malo sigue uno bueno, lo que al fin y al cabo acojona, porque cuando al final a lo que lleva esa frase es a que cuando has tenido un año medio normal, te entren los sudores pensando que el año siguiente nos podemos ir preparando....

    Pero no empecemos el año con acojones... bueno, da igual que sea año nuevo o San Fermín. Sea el día que sea, toca luchar, y unos días lo hacemos con más bríos y otros con menos. En fin, como tiendo a liarme, a lo que voy es que mucho ánimo, a seguir al pie del cañón de esto que llaman vida, y que no nos dejes sin nuestra ración diaria o semanal de entradas (es fácil calcularlo: según veo en una columna que sale a la derecha, en 2013 escribiste ¡64 entradas! lo que da una media de 1 entrada cada 6 días; un poco más realmente. ¡Impresionante!).

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar, gracias por los elogios, gracias por el consejo, pero sobre todo, gracias por hacerme el cálculo de entradas porque yo, entre la pereza y mis escasos conocimientos matematicos, lo veía como una tarea imposible.
      ¿El secreto de mi éxito? Reducir la calidad de forma intermitente para aumentar la cadencia de entradas.

      Eliminar