miércoles, 4 de enero de 2012

Caca is in the air

Algunas veces, no siempre, cuando termino de defecar y procedo a adecentar la zona, por un error de cálculo, coordinación o cualquier otro proceso cerebral, un dedo se desliza fuera de la zona segura y roza donde no debería. Cuando me levanto a lavarme las manos noto que no huele normal pero pienso en ello, y descubro que ese olor lleva implícito un extraño poder que conlleva libertad y amor hacia el producto interior bruto de uno mismo; asi que dejo el agua para otro dia y me paso la mano por el rostro, por el cuello y la camiseta. Y salgo a la calle para que el aire fresco del atardecer me envuelva, con todo lo que ahora soy y llevo conmigo. Y camino por la ciudad, libre y despreocupado dejando tras de mí una estela imperceptible de aquello que debería corre rbajo nuestros piés. Y nadie lo sabe, nadie lo nota, pero todos lo respiran y sin saberlo, formo parte de cada persona, de cada casa y cada edificio, adhiriendome a todo para acabar fundiendome con una ciudad que tantas veces he detestado y menospreciado.
Una ciudad y unas gentes que se alimentan de mi caca.

1 comentario:

  1. Como veo que Josep no se molesta en copiar los comentarios del otro blog, allá voy yo... Necesito aclarar la fantasía de los relatos de este señor, porque por si alguien lo duda, yo no me acostaría con un señor que lleva mierda en los dedos..., Josep se lava religiosamente las manos, doy fe!!!

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