domingo, 9 de octubre de 2011

El incidente de Belén (Melchor pt.1)

Melchor escupió en el suelo y se quedó mirando la mancha roja que se deslizaba entre las piedras mientras trataba de recuperar el aliento. Había pasado casi un mes desde el incidente de Belén y desde entonces no había dejado de correr. Estaba agotado. Tambaleandose, pero todavía conservando el caminar orgulloso de un rey se dirigió hacia un pequeño cobertizo recortado en el Sol del atardecer.
Había perdido su séquito, a sus compañeros y su camello. Ahora todo lo que le quedaba era él mismo, y su cuerpo magullado sólo le pedía un poco de reposo. Después de entregar su ofrenda al recién nacido, pensó que su repentino encanecimiento sería la única reprimenda de Dios, pero no fué así; De golpe y porrazo todas las gentes allí congregadas parecían estar seriamente enfadadas con él y trataron de lincharle. Pudo escapar por los pelos de la enfurecida turba, aunque no sin llevarse varios puñetazos, patadas y golpes de azadas, varas y herramientas varias. Primero lo achacó a una reacción lógica teniendo en cuenta su comportamiento anterior, pero al cabo de unos dias descubrió que su impopularidad iba más allá del simple rencor ciudadano. Allí donde pisaran sus ñies, en cualquier ciudad o aldea, lugares bien comunicados o granjas aisladas de la civilización, era recibido con insultos, escupitajos golpes y otras reacciones violentas de los lugareños. Había enfadado a Dios y ello le había hecho merecedor del odio de toda la humanidad.
Sin un lugar a donde ir, alcanzó el cobertizo rodeado tan solo por una extensa llanura y algunas ovejas y se dejó caer sobre la paja.
(continuará...)

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